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viernes, 10 de febrero de 2012

Para creer..

Algunos santos han quedado libres del proceso natural de descomposición por el que pasa todo ser mortal. Sin recurrir a métodos de conservación, sus cuerpos presentan el aspecto exacto al que tenían cuando fallecieron.

Santa Bernardita de Lourdes. Murió a la edad de 36 años en 1879. En 1908 se abrió su ataúd y su cadáver presentaba el aspecto de alguien que hubiera muerto el día anterior. Las venas del antebrazo presentaban un resplandor azulado y sobresalían ligeramente. Sus uñas estaban intactas y rosadas. En 1919 se vuelve a abrir su ataúd y seguía igual. Recubierto con una capa de cera, su cuerpo yace en la capilla de las hermanas Nevers.

Dashi-Dorzho Itigilov, sumo sacerdote budista, murió en 1927 a sus 75 años de edad. En 1957 exhumaron su cadáver y lo encontraron tal y como había muerto. Como en los años 50 la práctica religiosa estaba prohibida en la Unión Sovietica, enterraron de nuevo el cadáver y solo se hablaba de ello en los círculos budistas.

En el año 2002 se exhumó su cadáver de nuevo. Se documento el evento con dos expertos en criminología, un monje, un fotógrafo y una docena de testigos. Su cuerpo seguía en perfecto estado, las uñas estaban en intactas, sus miembros eran flexibles, su piel era suave y su pelo seguía corto. Actualmente el cuerpo se encuentra en un monasterio en Ivolginsky.

Los científicos no han podido dar con la explicación a estos casos. Esto demuestra que existen acontecimientos sobre los que el tiempo no tiene ningún poder.

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